Producción Oral y Escrita-Cuento
Producción Oral y Escrita-Cuento
-Más vale que los encuentres- me dijo, por suerte no estaba enojado pero si molesto. Algo que me parece raro porque no era para tanto. Mentira, era totalmente ridículo pero bueno, para él si era un dramón total.
-Quedate tranquilo que los voy a encontrar, no me presiones que me pones muy nervioso- le respondí. En el fondo me sentía muy mal por lo que hice pero parte de mi pensaba que no había hecho nada malo. Nadie se muere por lo que hice, es ridículo incluso pensar o hablar de esto.
-Maldita sea Arturo ¿Como se te ocurre hacer una cosa así? Nunca te hice nada malo a vos- exclamó con bastante queja.
-¿Puedes parar ya Ramiro? Así no me ayudas en nada- le respondí muy malhumorado. De pronto me empecé a poner muy nervioso. Porque sabía que la preceptora iba a venir a retarme por lo que hice. Julia era muy buena y cariñosa con todos nosotros, pero cuando uno se mandaba una maldad era muy dura. En cierta parte entiendo eso, hay que ser justos en la vida con todos. Mis pensamientos se desvanecieron ya que Ramiro volvió a decirme algo.
-Aparte no desayune nada en casa, se suponía que los iba a comer en el recreo y vos me los robaste- parecía que se iba a poner a llorar.
-¡¡¡¡No te robe nada, sos un mentiroso!!!!- le respondí con mucho enojo -Te acabo de decir que se me perdieron tus caramelos, se me cayeron dentro de este tacho de basura, se que estan ahi dentro. Tenes que confiar en mí- esta vez se lo dije con mucha tranquilidad.
-Bueno, segui buscando y por favor encontralos- ya estaba más tranquilo por suerte. A pesar de tener el brazo dentro del tacho de basura lo cual es asqueroso mis nervios habían bajado y por un momento pensé que iba a zafar de esta por arte de magia. Que equivocado estaba la verdad. Di vuelta la cabeza y vi que Julia se acercaba muy decidida hacia nosotros. No puedo explicarles el terror que entró en mi cuerpo al verla venir.
-Sos un buchón- le dije.
-Es tu culpa por robarme- me respondió, al final no me creía.
-Que no te robe nada- exclamé muy molesto. Igual lo entiendo a Ramiro, yo hubiera hecho lo mismo que él. Solo me quedaba estar callado y bajar la cabeza por la regañada que iba a tener.
-¿Qué pasa acá? ¿Qué hiciste ahora Arturo?- pregunto tranquila pero se notaba que estaba molesta.
-Me robo, me robo, me robo- repetía Ramiro sin cesar.
-Repetis como un loro Ramiro- le dije para molestarlo -Aparte no hay quien te aguante- no debí decir eso, sabía que me había pasado pero ya era muy tarde para arrepentirme. Ramiro se ofendió mucho con mi comentario. Pensé que me iba a querer pelear.
-Basta los dos, vos Arturo te vas para dirección conmigo y vos Ramiro volve para tu clase- dijo Julia con mucha fuerza.
-Bueno- dijimos los dos al mismo tiempo con mucho enojo. Los dos partimos por caminos separados, a él le espera una clase aburridisima de matemática y a mi me espera la bendita dirección, que dios me ayudará.
Después de atravesar gran parte del colegio la preceptora me dijo -por aca Arturo- indicando la puerta de su oficina. La verdad era modesto y ordenado el lugar. Me resultaba muy cómodo a pesar de mi situación. Pero bueno era momento de contarle a la preceptora la verdad.
-¿Por qué lo hiciste Arturo?- no era necesario contarle lo que pasó, ya Ramiro se lo había contado antes que ella llegara a la escena del crimen.
-Tenía hambre- le respondí con cierta vanidad.
-No te hagas el vivo- me respondió -Esa no es excusa de quitarle a un compañero su comida- volvió a decirme.
-No le quite nada, simplemente se lo robe sin que se diera cuenta, eso no es quitar- respondí.
-No importa la forma que se lo quitaste o robaste, simplemente está mal- me dijo.
-¿Por qué?- le pregunté con mucha ignorancia.
-Porque si ¿A ti te gustaría que te hicieran lo mismo?- me pregunto.
-No- respondí muy callado.
-¿Entonces?- me dijo, en ese momento me quedé totalmente mudo porque sabía que lamentablemente ella tenía razón. -Bueno contame cómo ocurrió la situación- me dijo.
-Mientras estábamos en el recreo había charlado con él y me dijo que había traído unos caramelos para comer, que si quería me podía convidar uno. Acepte y en un momento el se fue al baño, dejó los caramelos apoyados en una silla pidiéndome que se los cuidara. Entonces aproveche y me los comí todos. Pero lamentablemente me vio a lo lejos y ahí empezó todo- le conté un poco avergonzado a Julia.
-Bueno ¿Vos sabes que últimamente muchos compañeros tuyos me vienen a decir que sus comidas se pierden?- me dijo y con ese comentario me quedé totalmente pálido. -Hace unas semanas lleva pasando esto y estaba buscando al responsable. Con esto que ocurrió creo que tenemos a nuestro responsable ¿Que debería hacer?- me preguntó al final y yo no dije nada porque estaba muerto de miedo. -Te diré lo que haremos, yo te daré unos caramelos para que se los des a Ramiro y ustedes dos queden bien, pidele disculpas. No contaré a nadie tus anteriores robos para no manchar tu imagen. Solo si me prometes que nunca lo volverás a hacer ¿Te parece?- me dijo muy tranquila.
-Si- respondí con muchos nervios y total sinceridad.
-Muy bien- dijo y sacó de un jarro unos caramelos que tenía en su escritorio. -Toma, estos son para Ramiro y estos son para ti- me dio los caramelos -Ya puedes irte, vuelve a tu clase- exclamó.
-Muchas gracias, es usted una santa- le dije.
-Lo se- respondió con una muy linda sonrisa. Volví a la clase y había terminado, mis compañeros empezaron a salir del aula. En un momento lo vi a Ramiro y le dije -Hey-.
-¿Qué quieres?- pregunto, se notaba que seguía un poco molesto por lo sucedido.
-Toma- abrí la palma de mi mano y le di los caramelos. -Perdona por lo que hice espero que podamos seguir siendo amigos- le dije finalmente.
-Muchas gracias la verdad, acepto tus disculpas y tu amistad- me dijo, eso me dejó muy tranquilo y contento.
-Te lo agradezco mucho- le dije super agradecido.
-¿Quieres uno?- me preguntó sorpresivamente.
-No gracias, aquí tengo- le mostré mis caramelos y dije -son cortesía de la preceptora Julia-. Ambos empezamos a reír como nunca y salimos juntos hacia el nuevo recreo.
FIN
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